miércoles, 11 de agosto de 2010

LA CULTURA DE LO POSITIVO DIA A DIA 100% POSITIVO 0% STRESS (Por Monica Grossoni)

El optimismo es la actitud maestra del éxito. Muchas personas claves en la historia de la humanidad (Colón, Einstein, etc…) lideres o científicos lograron éxitos y descubrimientos simplemente porque no sabían que no se podía hacer. Trabajaron
duro, hicieron todos sus deberes y esperaban sencillamente el éxito. ¿Por qué
entonces el pesimismo está tan arraigado en la cultura organizativa?. Si el
pesimismo nos induce al fracaso, ¿no es una mala práctica?. ¿Cómo podemos
“obligarnos“ a pensar en positivo? ¿se
puede hacer esto?







La psicología positiva busca comprender, a través de la investigación científica, los procesos que subyacen en las cualidades y emociones positivas del ser humano, durante tanto tiempo ignoradas por la
psicología.

La importancia de la psicología positiva radica en que es un campo dedicado al
mejoramiento de la calidad de vida. Es cierto que el tema del mejoramiento de
la calidad de vida ha estado dominado por trabajos insustanciales, basados en
pensamientos y opiniones de la gente, en contraste a la rigurosidad científica.
Sin embargo, la psicología positiva brinda estudios bien sustentados en el
área, que respaldan cambios posibles y reales.

Entre sus objetivos están el estudio de las bases psicológicas del bienestar y
la felicidad, los rasgos que nos permiten superar con éxito situaciones vitales
difíciles, o la aplicación de estrategias efectivas para potenciar cualidades
positivas como el optimismo, la satisfacción vital o las emociones positivas en
nuestras vidas.


El optimismo, la actitud maestra del éxito

Veamos como aborda el tema del optimismo, la psicología de lo positivo: El optimismo es uno de los tópicos que mayor interés ha despertado entre los investigadores de la psicología positiva. Se
define como una característica disposicional de personalidad, es decir, la
tendencia interpretar acontecimientos
externos en positivo. Es la tendencia a esperar que el futuro depare resultados
favorables. El optimismo es el valor que nos ayuda a enfrentar las dificultades
con buen ánimo y perseverancia, descubriendo lo positivo que tienen las
personas y las circunstancias, confiando en nuestras capacidades y
posibilidades junto con la ayuda que podemos recibir.

La principal diferencia que existe entre una actitud optimista y su opuesta –el
pesimismo- radica en el enfoque con que se aprecian las cosas: empeñarnos en
descubrir inconvenientes y dificultades nos provoca apatía y desánimo. El
optimismo supone hacer ese mismo esfuerzo para encontrar soluciones, ventajas y
posibilidades.



En general, parece que las personas más optimistas tienden a tener mejor humor, a ser más perseverantes y exitosos e, incluso, a tener mejor estado de salud física y mental. De hecho, uno de los
resultados más consistentes en la literatura científica es que aquellas
personas que poseen altos niveles de optimismo y esperanza (ambos tienen que
ver con la expectativa de resultados positivos en el futuro y con la creencia
en la propia capacidad de alcanzar metas) tienden a salir fortalecidos y a
encontrar beneficio en situaciones traumáticas y estresantes.



Sin embargo, el pesimismo domina la vida diaria organizativa. ¡No tiene lógica!
En mi opinión, es en esta dirección es donde hay que trabajar en las
organizaciones.



Tradicionalmente se trabaja focalizando sobre lo que no hace el empleado, los procesos o los productos, sobre los errores y la falta de calidad. Y actuando en consecuencia. Por el contrario , lo que nos dice la
ciencia es que se logran mejores resultados si operamos bajo el paradigma de lo
positivo que si utilizamos el modelo de lo negativo. Cabe matizar una cuestión
clave, y es que por optimismo realista hay que entender, enfocarse sobre lo positivo
aunque hay que “hacer los deberes” , es decir, realizar las tareas con
diligencia, preocuparse por las dificultades que pudieran sobrevenir, tomando
las medidas oportunas para evitar problemas previsibles y otros quizás no
tanto, aunque sin obsesionarse. Tratando los errores como algo natural de la
vida y el trabajo, y aprendiendo de ellos aunque sin culpar ni avergonzar a
quien los comete. Y una vez hecho esto, esperar lo mejor de todas las personas,
del futuro y de uno mismo.




El optimismo realista: la solución óptima.


En definitiva, que para mejorar en la vida y en el trabajo es preciso, poner la mirada en "cómo si se hacen las cosas", en lugar de "en cómo no se hacen". Aunque hay una fuerte tendencia en el ser
humano, a ponerse en lo peor, a dejarse caer presa del fatalismo y el pesimismo
y por qué vivimos unos tiempos pesimistas, en crisis y se necesitan dosis
extras de optimismo realista. Por eso, terminé dedicándome a decirles a las personas
como superar su estrés, como vivir la vida en plenitud. No es tan difícil. Es cuestión de actitud! 100% actitud positiva, 0% estrés. Entre todos
se pueden lograr organizaciones más positivas, más optimistas y ms habitables.

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