sábado, 10 de abril de 2010

EL ENCANTADOR ACOSADOR (Por Mauricio Macias)

Una mezcla peligrosa y casi letal en las empresas hoy día es la que presenta el individuo “Encantador Acosador”. Solamente al escuchar esta expresión, nuestro cerebro nos lleva inevitablemente a pensar en una incoherencia lingüística. Podríamos pensar que un personaje Encantador no podría ser un Acosador, o que un Acosador no podría llegar a ser un Encantador. Para contextualizar esta expresión intentaré definirla.

Encantador: en el ámbito empresarial, esta persona es aquella cuya personalidad privilegiada le permite ser querida por los demás de una manera casi inmediata; este tipo de persona “encanta” a los demás con su facilidad de expresión, de entrar en confianza, de iniciar amistad, de mostrar bondad, de parecer la persona que seguramente solucionará los problemas que la empresa tiene.

Acosador: el individuo acosador, en el término real y habitual, es aquella persona que se aprovecha de su poder o altura a nivel jerárquico, que intimida de muchas maneras a sus víctimas. Al pensar en situaciones de acoso, es inevitable pensar en el acoso sexual, que es más común de lo que pensamos, pero en este contexto hablaré del acosador moral, que utiliza su autoridad para satisfacer sus necesidades, y que no acepta sus errores e intenta culpar a los demás.

Ahora, si hablemos del Encantador Acosador, que es un personaje cada día más común, por lo general es una persona que parece exitosa en lo laboral, aparentemente exitosa con su familia, pero que ha empezado a utilizar sus grandes habilidades y conocimientos para lograr sus objetivos por encima de quien sea. Gracias a su gran facilidad y su personalidad encantadora hace que sus superiores confíen casi de inmediato y se sientan orgullosos de tenerlo como su colaborador. Asimismo con sus subordinados, quienes inicialmente sienten que tienen al mejor jefe del mundo, el más amable, el más comprensivo, el más atento, el más transparente, el más bondadoso, el más acertado, el más capaz, el más amigo, y quizá me quedé corto porque sus cualidades por lo general son innumerables y muy grandes.

Este personaje es consciente de sus cualidades y sabe que puede lograr mucho haciendo uso de ellas. Por esta razón se convierte en victimario casi sin darse cuenta, se encarga de aceptar que todas las personas a su alrededor lo admiren y no quiere que este escenario casi perfecto se acabe. Por esta preocupación empieza a victimizar a algunos de sus subordinados, quienes a su vez no se dan cuenta de que son víctimas hasta que las consecuencias empiezan a afectar su desempeño y, peor aún, sus vidas. No quisiera dejar esta idea sin dar algún ejemplo que nos permita identificarlo de una mejor manera.

– Juanito fue contratado por un jefe Encantador Acosador, y su proceso encantador duró algunos meses. Juanito podría disponer de algunos permisos extra y otras prebendas sin ningún problema, empezó a verse y sentirse beneficiado y privilegiado, sin enterarse aún de que era una víctima. Un domingo, en una ciudad muy lejana de su hogar en un viaje de trabajo, cayó en cuenta que hacía ya varios meses no pasaba un domingo o un día festivo con su esposa y su pequeña hija, que se estaba perdiendo lindos momentos al lado de su familia, sólo porque su jefe encantador se aprovechó de su posición y a Juanito ya le era casi imposible librarse de trabajar un fin de semana, sin pago extra además.

El final de esta historia no fue el mejor, y en la mayoría de los casos el final no es bueno. Por eso es tan importante identificar a estas personas para lograr que sus cualidades y habilidades le den buenos resultados a la empresa, y no los que sin duda lograrán si se les da la libertad que se ganan inicialmente.

Sólo me resta aclarar que le llamé “Encantador Acosador”, y no “Acosador Encantador”, por simple lógica, no olvidemos que siempre esta persona empieza siendo un Encantador, pero si lo permitimos termina siendo un Acosador, cuyo desempeño será menor al esperado y sus resultados y apariencia se irán a pique tarde o temprano.

Lo más triste de todo es que estas personas Encantadoras terminan siendo Acosadoras solamente cuando se lo permiten, y precisamente allí está el reto y a su vez la invitación para empresarios, gerentes, jefes de Recursos Humanos, en fin, para todo líder.

Logremos que esos encantadores con tantas cualidades continúen siendo “Encantadores”.

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