viernes, 16 de abril de 2010

¿COMO SE SABE CUANDO UN PROFESIONAL ES EXITOSO? (Por Pablo Murias)

Cuando se reúnen y organizan recursos humanos con inversiones, es posible constituir una empresa cuyo objetivo es ganar dinero. Como todo sistema que pretenda crecer y desarrollarse, necesitará de una estructura coordinada de conocimientos y de acciones puntuales que finalizarán en objetivos previstos. Detrás de esos procedimientos hay personas que toman decisiones y que según la importancia o el acierto al aplicarlas alcanzarán los objetivos, o no.
A su vez, el nivel de compromisos de cada trabajador se distribuirá de acuerdo a la pirámide ejecutiva, en cuyas bases podría situarse, desde quienes protegen la puerta de entrada hasta el lugar donde se reúnen los inversores que revisan balances. Pero todos, son responsables.
Habrá entonces una diferenciación no solo de tareas sino también de calidad en la aplicación de conocimientos de manera tal que, cuánto más importante sea la función, más precisas o eficaces deberán ser las directivas a ejecutar.
El acierto o habilidad para hacerla cumplir dependerá de algunos factores incorporados en la personalidad del dirigente como equilibrio, seguridad o experiencia pero fundamentalmente saber, “donde quiere llegar, como quiere hacerlo y quienes le acompañan”.
La herramienta principal no serán los conocimientos adquiridos ni la experiencia, sino la Personalidad que posee el ejecutivo cuando decide llevar a cabo una acción que incluye todos esos ingredientes, más las relaciones externas con otras instituciones que tengan alguna incidencia en la estructura de la sociedad en formación (llámense empresas, consumidores u organizaciones varias).
Esas personas al formar parte de un proyecto deberán integrarse como grupo y nunca aparecer como asociación difusa de unidades de trabajo, dispuestas a prestar un servicio a cambio de un sueldo. Son individuos con distinta cantidad y calidad de valores personales e intelectuales y posibles de ser capacitadas para desarrollar sus habilidades o para enfrentar las dificultades.
Tendríamos de esta manera un grupo humano reunido en un espacio laboral y dispuesto a intercambiar conocimientos y acciones hasta lograr producir una estructura productiva eficaz. Pero, solo reunir personas y dar órdenes para que cada uno la ejecute a su manera puede ser la mejor manera de malograr buenos proyectos al invitar a crear individualismos inoperantes. El grupo por sí mismo, no sabrá cómo organizarse ya que no dispone de las informaciones fundamentales que provienen desde jerarquías superiores, ni de capacidad ejecutiva, pero lo hará a través de un responsable quién iniciará y acompañará el entrenamiento durante los ciclos de: Adaptación, Crecimiento y Desarrollo.
Todo el trayecto a recorrer hasta transformar el Trabajo Humano en Organización, necesitará de dos pilares universales: 1) Filosofía empresaria y 2) Política de acción.
1) Filosofía Empresaria. No es intentar imitar a los pensadores griegos, sino Sostener un ideario a cerca de las estructuras modeladoras del sistema. Esas conjeturas o arquetipos son las que se trasmiten en cada mensaje y que con el tiempo mostrarán un perfil de empresa. Naturalmente devendrá en que, si la filosofía de los directivos es solo ganar dinero, la relación humana será muy baja y el aprovechamiento de las personas muy elevado.
2) Política de empresa. En términos amplios política implica capacidad para decidir. Ahora bien, todo aquél que resuelve es porque tiene Poder. En una organización quién abusa del poder conferido, tiene a la vista su fracaso.

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