La presión laboral genera estrés en un individuo no por la presión en sí misma, sino de acuerdo a los recursos con los que éste cuenta para tolerarla.
Estos recursos forman parte de su personalidad y sus habilidades neurocognitivas. Las deficiencias en sistemas neuropsicológicos de procesamiento pueden generar un gran monto de estrés cuando no alcanzan a responder a las exigencias del medio y, en interacción con los rasgos de personalidad, pueden enfermar a la persona.
La neurociencia cognitiva es un consorcio bien organizado de disciplinas tan variadas como la filosofía, la psicología, la neurociencia, la lingüística y las ciencias aplicadas a sistemas que permitió conceptualizar los fenómenos cerebrales y cognitivos de las personas.
La aplicación científica sistemática de todo este conocimiento al ámbito de las organizaciones de trabajo permite determinar en forma objetiva cuáles son las características individuales necesarias para llevar a cabo con éxito una tarea determinada. Y, por sobre todas las cosas, permite evitar que una persona se enferme por enfrentarse a un desafío para el cual no está preparada.
SER O HACER
El estrés laboral representa un índice de la disociación que existe entre lo que las personas son y lo que tienen que hacer. Representa un desgaste en sus valores, su dignidad y espíritu.
Marca un disbalance entre las demandas percibidas del trabajo y lo que éste le provee a la persona.
Se podría definir al síndrome de estrés laboral a partir de tres dimensiones: cansancio emocional, despersonalización y disminución de logros personales. Ocurre como último paso de una progresión de intentos frustrados para manejar y disminuir una variedad de situaciones laborales para las cuales no se está o no se cree estar capacitado.
Por ejemplo: María ocupa una posición en un call center en el área de Atención al Cliente desde hace 6 meses. A su ingreso laboral se le realizaron las técnicas de evaluación psicológica usuales, que mostraron una personalidad proactiva y comprometida con su tarea.
Se trata de una persona dinámica e inquieta, a la cual le agrada producir cambios en los ámbitos donde percibe que esto es posible. Sin embargo, en las últimas semanas ha mantenido discusiones con sus compañeros de trabajo, se retiró varias veces presentando episodios de palpitaciones de su posición de trabajo, y su rendimiento ha disminuido drásticamente.
La evaluación neurocognitiva se utiliza con el fin de determinar el correcto funcionamiento de los diversos sistemas cognitivos incluidos en ella. En este caso, hubiera correspondido indagar acerca del sistema de atención y de la capacidad de inhibición del postulante.
Esta información objetiva hubiera anticipado que María no cuenta con los recursos cognitivos necesarios para el desarrollo efectivo de su trabajo y se hubiera evitado su enfermedad posterior.
SINTOMAS
Cada persona expresa el cuadro de estrés laboral de una manera única.
Sin embargo, existe un corazón sintomático que se repite:
Perdida de enganche con el trabajo: éste empieza a tornarse un lugar poco placentero.
Cambios emocionales: los sentimientos de entusiasmo, dedicación, seguridad y disfrute dan lugar a la ansiedad y angustia.
Bajo rendimiento laboral: las personas disminuyen dramáticamente su rendimiento laboral.
Estos síntomas erosionan la vida laboral del individuo en forma gradual a causa de un disbalance entre las necesidades de la persona y las demandas laborales. Cuando se dice que una persona sufre de estrés, se trata de reflejar el agotamiento de su capacidad de adaptación más la aparición de una serie de síntomas físicos y emocionales.
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